Es bien conocido el refrán que dice, “El diablo te ofrece el plato, más no te obliga a comer. Falla quien quiere“.
Alguien me dijo alguna vez, ¿por qué le culpamos de todo lo malo al diablo? somos nosotros quien decidimos hacer el mal o el bien. Muchas de las veces el diablo ni siquiera sabe de las diabluras que hacemos.
La siguiente historia nos enseña como el ser humano es el verdadero responsable de lo que sucede o no sucede a nuestro alrededor. Esta en nosotros parar el desastre o encender la mecha que prenderá el incendio.
Un caballo estaba amarrado. Vino un demonio y lo soltó. El caballo se metió a la finca de unos campesinos y empezó a comerse la siembra. El dueño de la finca tomó un rifle y mató al caballo. Entonces el dueño del caballo tomó su rifle y le disparó al dueño de la finca. La mujer del dueño de la finca le disparó al dueño del caballo. Entonces el hijo del dueño del caballo le disparó a la mujer. Los vecinos enardecidos le dispararon al muchacho y quemaron su casa. Luego le preguntaron al demonio, ¿por qué hiciste todo eso? El demonio respondió, yo solo solté el caballo.
Moraleja:
El diablo hace cosas simples porque sabe que la maldad está en nuestros corazones y solitos hacemos el resto, por eso es bueno pensar antes de actuar. No sea que una cosa sin importancia cause muchos daños.